martes, 10 de mayo de 2011

Una historia Parecida

Luego de haber tenido en letargo al corazón por 3 años o poco menos…  de pronto,  sin querer,  sin siquiera imaginarlo, como cuando en el colegio nos decía el profesor  ‘cierren sus cuadernos: tienen  examen’ , inesperadamente  se quebró  el escudo de invulnerabilidad que resguardaba fiel  al corazón;  aunque a decir verdad, era ya necesario.

Durante ese tiempo, era rutina la evasión consentida,  eran claras las intenciones de no llevar al corazón a la taquicardia —salvo cuando iba al gym—,  solo era yo y la tranquilidad bendita que conlleva la situación; nunca hubo alguien —sin contar aquella a quien pretendía borrar con el tiempo—;aunque confieso que al principio el proceso fue doloroso, fueron días para vivirlos siendo consciente que la acumulación de ella en mi mente tendría algún triste desenlace, eran días parecidos a los de una mujer  que al mes espera los días catameniales pero que aun así vive más plena que nosotros.

Casi curado por completo —lo supe cuando resistí su presencia sin efectos secundarios  en mi— y libre de ataduras, tocaba dar paso a una nueva etapa: el tiempo de tranquilidad; y llegó acompañado de un nuevo espíritu juvenil,  ligeras despreocupaciones e interesantes transeúntes ávidas de miradas, y como era de esperarse —aunque yo no lo busqué— una de ellas dió conmigo. Fue entre mariachis como la conocí —lo digo literalmente, porque aunque casi estábamos frente a frente, ellos  estaban al medio—, aparentaba más edad, de dulce figura, lucía de rojo que destiñe, sandalias formales, llevaba el pelo pulido y liso como si la gravedad  lo reclamara, de tez cobriza y tersa, mejillas prontamente redondeadas, sus ojos grandes y aperlados  me invitaban a conocerla y evidentemente me miraban; muy lejos de mi pensamiento  estaba el siquiera mirarla... en fin… reconozco su insistencia, que llevó de la incomodidad a la curiosidad por aquella niña raramente hermosa.

Desde entonces quise recordarla, pero debido a que olvido fácilmente los rostros, olvidé los lentes ese día, y 30 km antojadizos se entrometieron; la tarea no fue fácil. Por coincidencia o porque quizás ahora puse de mi parte, la vi otra vez y esta vez hablamos más que la anterior , pude ver su dulce e inquietante mirada que quería más que solo verme, pude ver al fin a la “niña rosa” , inocencia infinita, niña de la edad rosa.  Con e-mail en mano —pues no soy mucho de celulares— y en contra de mi mente conservadora, el corazón se dio permiso a sí mismo de pensar en aquellas miradas inevitables y detalles. También comprendí que para curarlo por completo debía dejar abiertas sus puertas  a aquella niña del rojo incorporado, a la “niña rosa”, y así, olvidar a la chica que mencioné al principio.

Definitivamente me daba  vueltas en la cabeza la pregunta: ¿Puede una niña borrar a una mujer?, y sin embargo deseaba rápidamente que pasaran  sus años  tal como caía su pelo apresurado; era víctima de ella, de la “niña rosa”, me dejé llevar como si flotara dormido en el mar, me dejé llevar hasta que reemplazó a la mujer; no podía creerlo, no pude creer que en solo 2 meses hizo lo q yo no pude hacer en 3 años: borrar definitivamente a la mujer. Pero tanto poder es decir, cuando no controlas lo siguiente que hará tu corazón— me depararía un triste desenlace.
La siguiente vez fue más que emocionante, estoy seguro que para ambos, —también es la última vez que estuve seguro de algo acerca de ella— ,pero las siguientes la veía solo por breves minutos que parecían incómodos, de repente todo cambió, de repente me desperté solo en medio del mar sin nadie que me auxilie. Seguro  fue la distancia y el trato que solía mantener con ella dictado por preceptos sabios cumplidos al pie de la letra lo que la alejó de mí, ó tal vez su esencia de ‘niña rosa’ cambió de dirección su mirar; sea como fuere, el final ya había llegado y con el también las cadenas a un corazón libre que empezaba a disfrutar; entré en pánico al saber que ahora era esclavo de alguien más poderoso. 
Pasé de estar sumamente agradecido con ‘mi’ “niña rosa” por haberme ayudado a encontrar tranquilidad y borrar los restos del pasado, a ver su seriedad y falta de palabras a cada instante en mi mente, a pensar en que la segunda alternativa posible de su alejamiento fuera cierta, era como si hubiera formateado mi mente 
lo cual agradecía y al mismo tiempo me 'llenaba' de virus; sí,  aquella niña de significado ‘simpática’  me hizo tocar la cruda realidad de dejar libre y sin restricciones al corazón, de usar el fallido método de que un clavo saca a otro clavo: de ser tan ingenuo en estas cosas.     

2 comentarios:

  1. si q es muy triste su historia!!! Peo kn seguridad la superará!!! sólo pon de tu parte y olvídala, klaro si keles hacerlo.
    Pero si pienzas q aquella niña pudo borrar a una mujer q no podías borrar x 3 años, pz me parece q a esa niña se te hará más difícil de olvidar!!!

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  2. tiene razón, pero el primer paso para olvidarla —doy fe que sirve— ha sido describir la situación y creo ir por buen camino, gracias,,,

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